Cuando la propiedad se acumula en unas
pocas manos, acaba por serles arrebatada. Y el hecho que siempre acompaña:
cuando hay una mayoría que tiene hambre y frío, tomará por la fuerza lo que
necesita. Y el pequeño hecho evidente que se repite a lo largo de la historia:
el único resultado de la represión es el fortalecimiento y la unión de los
reprimidos. El pueblo no tiene miedo, porque también se lo han robado, por eso
vemos la calles manifestaciones por el descontento y por la miseria. Así
tenemos, el Gomonal en Burgos (sinónimo de resistencia), las huelgas de basuras
en Alicante, los preferentitas de Bankia, etc.
Nos han robado hasta la democracia. No
voy a entrar en el enfrentamiento que hizo Montesquieu y Rousseau sobre la
democracia, pero para éste último decía que “era imposible la democracia en una
sociedad donde unos pocos tuvieran demasiado y muchos carecieran de todo”.
Por eso, hemos llegado por las evidentes
injusticias y el abandono de los derechos sociales a poder afirmar que las
llamadas democracias representativas son una farsa que es necesario desmontar.
Pero el sistema actual se blinda para seguir manteniendo la farsa, es mucho más
rentable para poder mantenerse en el poder. De ahí, que no se aprueben jamás
leyes que obliguen a los gobernantes a cumplir las promesas que un día
presentaron para ser elegidos. Y de aquí nos viene que son los mercados (que no
tienen derecho al voto) los que nos exigen tomar medidas tan drásticas y
marcarnos el camino. Pero, ¿en donde están los delincuentes que han robado los
derechos y las oportunidades del pueblo?. ¿En manos de quienes están el dinero
del rescate bancario? ¿Por qué se unen los Ministros de Hacienda, Justicia,
Interior y el Fiscal General para salvar a la Infanta? ¿No somos todos iguales
ante la ley, o es también una farsa que hay que seguir manteniendo? ¿Y por qué
no están en la cárcel los corruptos y
los incumplidores de programas?. Por eso creo que la verdadera democracia está
en la calle y no en los políticos, pues en ellos no residen la legitimidad democrática
(si la formal, la que obtienen con un grado de participación pobre en las
urnas), pero no la moral, ya que ésta se encuentra en la calle, en el pueblo.
Recordemos que ha habido elecciones al
Parlamento Europeo que no han conseguido, el algunos países, llegar a una
participación del 20% del censo electoral. Es decir, los gobernantes se aúpan al
poder con el apoyo de menos de uno de cada
cinco electores. ¿Es justo esta representación de nuestros políticos?.
Oír decir tan simplemente por el
Presidente del Gobierno, de que debemos comprender que el Rey es una persona, que
es un ser humano, y ¿que son el resto de los millones de españoles que viven en
la miseria y en el umbral del hambre?. Así lo decía John Steinbeck: “Si tienes
problemas o estás herido o necesitado… acude a la gente pobre. Son los únicos
que te van a ayudar… los únicos”. “En donde haya una pelea para que los
hambrientos puedan comer, allí estaré. Donde haya un policía pegándole a uno,
allí estaré”.
La necesidad más primaria del ser humano, como es el hambre, capaz de perturbar a cualquiera cuando aparece, es el motor de esta historia, las necesidades, la solidaridad, el amor o la honradez, son algunos de los adjetivos que deferían definir nuestra sociedad, pero nos hemos olvidado porque el corazón humano de los políticos se están secando… Me gustaría encontrar el corazón amigo…
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