Hace unos meses el máximo responsable político
en la cultura española dijo que el dinero del Ministerio se iba a centrar en
bibliotecas y museos. Mal andamos y peor lo haremos. Un país sin apuesta fuerte
por la cultura no es un país, es otra cosa ¿España se va a convertir en una
empresa multinacional? Todos sabemos que con el “boom urbanístico” las mega
construcciones culturales fueron el gran negocio. Era más importante el nombre
y el envoltorio: “Ciudad de las Ciencias”, “Ciudad de la Cultura”, “Ciudad de
las Letras”,…pero ciudades fantasmas sin científicos, sin libros, sin artistas,
sin nada, totalmente vacías de contenido. ¿Por qué se gastaron miles de
millones en escandalosos edificios por toda la geografía española y que hoy
muchos permanecen cerrados? ¿Dónde está todo el dinero? ¿Sólo se utilizó para
pagar a los afamados arquitectos de moda? Los políticos de este país han
gastado todo lo que han podido y más; el gobierno anterior y las comunidades de
la oposición que hoy nos gobiernan. Y alguien puede decir que es lo que hay,
que las arcas están vacías. Pero la realidad es que no hay justificación alguna
para que la pintura, la música, las letras, la escultura, el cine y el teatro,
las exposiciones y conferencias sean un recuerdo en este país
Ayer mismo, Javier Marías rechaza el Nacional
de Narrativa por 'Los enamoramientos'. Ya había dicho que no deseaba premios
institucionales, y propone que el premio sea para la compra de libros en las
bibliotecas, ya que este año en los presupuestos aprobados no hay ni un euro para
las mismas.
Hoy sigue teniendo plena vigencia este discurso de Federico García
Lorca, cuando nos quieren cambiar la cultura de la ingenuidad, de la curiosidad
y de los valores por el anquilosamiento de la inteligencia. Reivindico la
riqueza de la cultura, la generosidad del conocimiento, pero aquí, lo
importante es que la cultura de un país define como jerarquizar los valores,
porque los valores son universales, pero el modo de jerarquizarlos no, y esto
es lo que está pasando en nuestro país, nos están cambiando lo fundamental, nos
estamos quedando en las ramas y hemos olvidado las raíces. Estamos a tiempo de
que esto no suceda, sólo un grito de esperanza, un aliento de ternura podría
hacer cambiar el rumbo que esta política nefasta quiere implantar. Con ellos
estamos obligando a nuestros niños a que pierdan la oportunidad de encontrarse
consigo mismo, porque los valores que nuestra sociedad está creando no corresponden
a la ilusión, a la motivación, a la actitud creativa, al amor profundo, a la
suavidad de la brisa, al encanto de la búsqueda de la verdad.
Por eso traigo el discurso de Federico
García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo y que tiene plena vigencia
80 años después. Alocución al pueblo de
Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931: Medio pan y un libro
"Cuando alguien va al teatro, a un
concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su
agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se
encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y
no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la
melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin,
sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no
gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y
es pasión.
"Por eso no tengo nunca un libro,
porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y
contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en
toda la provincia de Granada."No sólo de pan vive el hombre. Yo, si
tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que
pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de
reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales
que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres
coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu
humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado,
es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
"Yo tengo mucha más lástima de un
hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento
puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero
un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía
porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos
libros?
"¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una
palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos
pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el
insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que
Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes
y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a
su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para
que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no
pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir
la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica,
natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la
agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
"Ya ha dicho el gran Menéndez
Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República
debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver
los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de
luz".
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